"Yo casi no sentí el tiempo porque me puse a estudiar y a trabajar", expresó Pedro

 

Foto: Ministerio de Justicia

"Yo casi no sentí el tiempo porque me puse a estudiar y a trabajar", manifestó Pedro, de 37 de años. Con la herrería, surgió entre las rejas desde donde inició a hacer parrillas y braseros en el taller del penal de Villarrica, Guaira. 

Con experiencia, alquiló una herrería y se lanzó como independiente en sus salidas transitorias, ya tiene un camioncino para las diligencias.

 Los 12 años de reclusión fueron provechosos para Pedro. Terminó la secundaria. Cursó panadería, artesanía de origami y electricidad domiciliaria en el SNPP.

A las siete de la mañana desde hace 4 años, trabaja en el taller del penal con careta de soldar y guantes. Revisa la lista de pedidos y trabajos pendientes. El lugar está acondicionado como un tinglado y cuenta con una soldadora, taladro, pulidoras y tenazas para trabajar y hacer uso de los aprendizajes del curso de herrería del Servicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP), como programa de reinserción social del Ministerio de Justicia.

Lo suyo es la herrería, tiene su propio taller en un local alquilado del barrio Santa Librada, permitiéndole un hueco entre semana para salir de la penitenciaria.

"La gente tiene mal concepto de la cárcel. Tiene que servir para pisar tierra y el resto depende de cada uno", reflexionó Pedro.

 Con los dos talleres herreros y la cantina ayuda al sostén familiar, tanto a sus padres como a su novia Maribel.

Hace rejas, portones, muebles, juego de sillones y asador al espiedo, hasta aparatos para gimnasio, porta planteras, braseros y parrillas para asado con soportes móviles y rueditas.

Con su ahorro se compró un camión y una moto para transporte. Este artesano es parte de la plataforma "Latente".

Pidió perdón a la gente que hizo daño, fue muy inconsciente. No pensó en esos momentos que, además estaba dañando a su familia, que es su apoyo más grande.

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