Causa de Porfirio Osorio y su abogado

 


Textos y Foto: Verónica Barrios.

La presidenta del tribunal, María Luz Martínez refirió que la decisión tomada por el tribunal fue unánime y el motivo de la denuncia por producción de documentos no auténticos, se dio en el marco de una cesión de derechos y acciones con respecto a un inmueble ubicado en la capital que formaba parte del acervo hereditario de una sucesión.

Narró que se inicia con la denuncia formulada por Máximo Wenceslao Fernández, ante el Ministerio Público cuando se enteró de que inmueble que era parte de la herencia de su padre fue adjudicado a una persona desconocida para él, mediante una resolución judicial, dictada en el juicio sucesorio cuyo tramite se realizó ante el Juzgado Civil, Comercial y Laboral de la ciudad de Horqueta, Departamento de Concepción. Lo que el denunciante no sabía era que quién abrió la sucesión fue “el mismo” y al efecto vivía en Horqueta, así como el causante, su extinto padre Máximo Villalba Avalos también vivió allí, en una compañía de Horqueta, pero como el certificado de defunción, así lo expresaba, falleció en Asunción. Lo cierto es que el juicio sucesorio siguió con todos los trámites procesales hasta el certificado de adjudicación, para posteriormente ser archivado. La persona adjudicada con ese inmueble ubicado en un lugar privilegiado de Asunción, fue uno de los hoy condenados Porfirio Osorio Villagra, quien promoviera el juicio sucesorio bajo el patrocinio profesional del Abogado Waldimiro Ymas González, otro condenado en la misma causa. 

Otra de las partes peculiares del fallo explica que la escritura por la cual se formaliza la supuesta cesión de derechos y acciones data de 12 de junio de 2010, cuya copia autenticada obraba en el expediente y su original se presentó en juicio oral por una de las defensas, en la cual el Escribano autorizante negó su firma y se llevó a pericia durante el juicio oral y público y se confirmó que no le pertenecía. Según los informes del Colegio de Escribanos, esa hoja de protocolo y hoja de seguridad utilizada, fue adquirida por el Escribano autorizante de la escritura en el año 2014; pero la escritura que se realizó en ella es del 2010.

En el inmueble en cuestión no solo vivía Wenceslao; sino también otra persona, la cual inicio un juicio de usucapión, también bajo el patrocinio del abogado Waldimiro Ymas González, del cual finalmente desistió de la instancia. Y se declaró la caducidad.   

La sucesión del causante Máximo Villalba Avalos fue abierta en el año 1992 en el Juzgado Civil y Comercial del Segundo Turno de la Capital, pero no llego a la etapa de la adjudicación.

Lo que observo el tribunal y tuvo por probado es que las personas implicadas tenían pleno conocimiento y dominio de la situación peculiar dada con el juicio sucesorio y dicho inmueble.  Y las actividades llevadas a cabo para quedarse con la propiedad y obtener un redito económico millonario, fue lleva da a cabo por las mismas personas, ya que coincidían, los nombres, domicilios, fechas y los que utilizaron los documento, fueron personas cercanas.-

 

                                                                       

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