Soñó con ser jueza y se cumplió lo que anhelaba hace tiempo
Textos: Verónica Barrios.
Foto: Gentileza.
La reciente designada jueza de sentencia del 26° turno, Celia Salinas expresó que sabe que es un gran desafío estar en el cargo de jueza por su importancia y más aún con todo el recargo laboral de juicios orales que está viendo que se está teniendo una situación muy delicada porque se sobreponen los juicios, hay un volumen de casos que tienen una solución.
Se le consultó cuál es su fortaleza ante tantos casos
que va a atender, ella consideró que como cristiana es apoyarse en Dios, ésa es
su fortaleza primera, su familia y la calidad de funcionarios porque sin eso
tampoco se puede hacer mucho.
Con respecto al método de trabajo en el juzgado,
describió que a medida ve la agenda se va organizando, organiza con sus
colegas, se encuentra trabajando en dos juzgados de sentencia una es titular y
en otra es interina, pero es la misma responsabilidad en los dos casos están
viendo con sus colegas sobre la administración de las actividades a realizar.
´´Tengo la agenda ya hecha, sobre eso estamos
trabajando día a día´´, aseveró. Admitió que siempre soñó en ser jueza, después
de ser actuaria muchos años. Señaló que en principio le interesaba más el cargo
de la Defensoría y después cambió su enfoque, dijo que no quiere eso, quiere
ser magistrada.
Ante su designación como jueza de sentencia por parte
de la Corte se siente muy satisfecha con este nombramiento fue anhelado hace
muchísimo tiempo porque siempre aspiró a subir un escalón más en la carrera
profesional. ´´Siempre desee ir un poquísimo más y decir yo sé que puedo y
estoy preparada y creo que me merezco estar en un lugar más alto y por fin se
dieron las cosas´´, detalló.
Contó que inició en su carrera como dactilógrafa
nombrada en el juzgado penal en lo Criminal del 4° turno en el año 1989, estuvo
ahí 7 años en el mismo cargo; en el 1996
le nombran actuaria en el juzgado de Primera Instancia en el 11° turno a cargo
del juez José Waldir Servín, luego siguió como actuaria, pero ya con el cambio
del Código Penal se convirtieron en juzgado penal de sentencia, es el lugar
donde estuvo 9 años; pasó a ser actuaria del juzgado penal de garantías del Dr.
Meneleo Insfrán en el 2007 hasta la fecha en que ascendió como jueza se
encontraba en el juzgado de garantías número 8 llevando además como actuaria a
la par el juzgado especializado en crimen organizado de la capital durante 3
años.
Subrayó que lleva 34 años de funcionaria del Poder
Judicial y 27 años en el cargo de actuaria. Manifestó que fue comisionada en un
tiempo en el período de transición del Código penal como relatora de la Sala
Penal de la Corte en ese entonces a cargo del ministro Felipe Santiago Paredes,
cuando culminó su comisionamiento volvió a ejercer el cargo de actuaria y desde
ahí hasta la fecha como mencionó lleva como actuaria hace 27 años.
Sobre qué aprendió en ese camino del inicio hasta ahora,
dijo que muchísimo. Citó que primeramente como dactilógrafa ella entiende que
es el cargo donde más se aprende en el Poder Judicial. ´´Iniciar como
dactilógrafa me llevo a aprendo a aprender todo el procedimiento, dominar el
Código, manejar el código, hacer resoluciones y con el código en mano siempre y
ése un aprendizaje impresionante fue ser dactilógrafa´´, resaltó.
Enfatizó que más aún que tuvo la experiencia de que
cuando ingresó al cargo les había tocado el tema de la caída de la dictadura,
estuvieron de turno esa fecha, entonces todo lo que fue en lo referente a la
dictadura todas las denuncias cayeron bajo su jurisdicción.
Relató que fue impresionante el trabajo que tuvieron y
allí aprendieron muchísimo porque era tomarles todos los días los testimonios a
las víctimas de la dictadura y fue un trabajo bastante interesante.
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