La atención y el acercamiento a las personas en ventanilla

 

Gladys Flores, la actuaria del juzgado de sentencia número 31, mencionó que entre sus desafíos está tratar a la gente, las personas que se acercan a la ventanilla le cuentan sus historias, también hay sentimientos porque son mamás las que hablan sobre sus hijos.

En cuanto a la fortaleza para tratar todo tipo de casos y personas, refirió que saca de la familia, de los compañeros, de la formación que tuvo durante su vida. Expresó que viene de una familia humilde, sus padres son gente trabajadora y les inculcó el deber de ayudar a las personas que acuden a ellos.

Comentó que está casada hace 28 años, tiene dos hijos, uno ya se recibió y una está estudiando el primer año de Psicología. Contó que el 23 de septiembre cumplirá 24 años de servicio en el Poder Judicial, tiene 22 años de actuaria y 2 años de secretaría de Defensoría.

En cuanto a su vivir diario como actuaria, narró que llega a las 6 de la mañana a los tribunales, previo al desayuno ellas se dedican a revisar los expedientes y revisar cuáles son las cosas del día, tienen una agenda en la cual fijan todos los días en base a eso van trabajando sobre cada expediente que llega a la Secretaría. Indicó que los casos más difíciles que le tocan ver son los casos de violación, coacción.

Se le preguntó sobre cómo enfrenta la saturación del sistema penal, manifestó que es difícil, ahora prácticamente no tienen horario y vienen, trabajan hasta las una o las dos, a veces los juicios se fijan para la tarde, existen demasiadas causas, hay que cuidar los plazos, las prescripciones, son muchas cosas las que enfrentan.

Con respecto a su tropiezo como actuaria, señaló que le cuesta mucho la parte informática, es de la escuela de la dactilografía, de la máquina de escribir y ése es un desafío muy grande que lo toma con una buena actitud y así aprende.

Se le consultó sobre cómo observa la situación de  la jubilación y las renuncias de los jueces y cómo afecta eso a los actuarios, dijo que tienen doble trabajo porque antes no tenían juicios a la tarde. Describió que en el tribunal en el que trabaja dos magistrados se acogieron a la jubilación y dos fueron asignados por la Corte que llenaron ese espacio, pero que a su vez tienen sus propios tribunales, entonces conformar un tribunal es bastante complicado, desde febrero vienen trabajando con su compañero a la tarde.

Sobre la organización del juzgado, detalló que ella tiene dos personas calificadas con ella, la Doctora Dara Vera y la Doctora Berta Alarcón, que son su mano derecha e izquierda, ellas manejan prácticamente la parte del memo, la parte administrativa que van llevando juntas, llevan la parte administrativa de todos los expedientes en sí.

En cuanto al equilibrio entre la vida familiar y laboral, aseveró que aprendió que cuando se cierra la puerta del Poder Judicial se abre la puerta de la familia, gracias a Dios aprendió a no llevar los quebrantos laborales a su casa y viceversa.

Entre los momentos más hermosos en familia, contó que son los fines de semana donde se sientan a la mesa juntos y almuerzan, ésa es la parte más linda de la familia, están acostumbrados a sentarse juntos, se prohíbe el celular y antes del almuerzo dan gracias a Dios por el almuerzo de cada día.

En cuanto a los instantes para sacar el estrés laboral, mencionó que debido a su enfermedad prácticamente le obligó a cambiar sus hábitos, bajo de peso, realiza caminatas todos los días por una cuestión de salud. Contó que muchos actuarios están con problemas de salud.

Manifestó que ella tiene hipertensión y ahora le diagnosticaron diabetes, gracias a Dios no utiliza todavía insulina en forma diaria, pero sí a través de otras pastillas cubre eso, la caminata, la alimentación, varió mucho su vida y cambió mucho en ese sentido.

En cuanto a la Corte Suprema de Justicia, expresó que muchas veces se sienten ausentes de la máxima instancia judicial y le encantaría que la Corte realice reuniones con cada sector del Poder Judicial para que ellos le escuchen sobre sus necesidades como funcionarios.

Al finalizar la entrevista, el mensaje que deja a los integrantes de la Corte ante la cuestión de la saturación del sistema es que ellos les escuchen a ellos sobre su diario vivir.