Juzgado de la Niñez de San Lorenzo trabaja por la desinstitucionalización de los niños

 

Textos y foto: Verónica Barrios

Llegamos al Palacio de Justicia de la ciudad de San Lorenzo. El paisaje es diferente al de la capital. Se siente como un ambiente lleno de árboles. Al pisar el lugar se puede divisar una entrada peatonal, una boca de incendio, una estatua de Astrea en el centro, bancos para sentarse y ver las nubes blancas.

Cuando se ingresa se lee Juzgados de Primera Instancia San Lorenzo con letras mayúsculas. En mesa entrada una persona nos guía dónde es el juzgado de la Niñez al consultarle. Se sube una escalera hasta el primer piso donde hay un papel blanco donde dice Niñez. Allí también se encuentra una sala de Lactancia para las madres que asisten a los tribunales.


 

Al llegar hay pocos abogados en la ventanilla del primer turno del Juzgado de la Niñez y preguntamos por la jueza Ingrid Susana Yambay quien al ser llamada nos recibió y mostró su juzgado, las funciones de las personas que trabajan con ella, el sistema Judisoft y los expedientes impresos.

Iniciamos el diálogo con la magistrada en su despacho con las puertas abiertas. Estaba junto a ella su secretaría. 


 

La decoración del recibidor para niños tenía un sofá con dos almohadas una de la Virgen de Guadalupe y una de Frida Kahlo, unas sillitas con una mesa de juegos de varios colores hecho de madera.


 

La Jueza del primer turno del fuero de la Niñez de esta ciudad contó que desde que asumió como magistrada priorizó la atención de los casos de los niños institucionalizados. Señaló que desde 2013 inició ese trabajo articulado con el Ministerio de la Niñez, la ONG Enfoque Niñez y la Defensoría.

Manifestó que este trabajo fue reconocido a través de un concurso de Buenas Prácticas de la Corte Suprema de Justicia en el 2016. Expresó que para concretar la desinstitucionalización de niños, niñas y adolescentes debe haber compromiso y voluntad.


 

Explicó que no se puede trabajar en islas que debe ser articulado cuando se trata del derecho a la familia de los niños con medidas de abrigo. Mencionó que actualmente trabaja en tres casos de niños institucionalizados.

Trabajo de desinstitucionalización. Ella aseveró que continúan trabajando en su juzgado en la desinstitucionalización de los niños con medidas de abrigo. Destacó que ahora que tienen menos casos los maneja personalmente y trabaja articuladamente con DICUIDA.

Explicó que la medida de abrigo es la última opción, que se busca que el niño, la niña, adolescente tenga garantizado su derecho a la familia.

Refirió que no es el momento de implementar el fuero de la familia, sino de optimizar cada juzgado de la Niñez en todo sentido.

Indicó que su juzgado tiene suficiente personal, materiales de trabajo y que ella no se considera jefa, sino una compañera más de sus funcionarios.

Enfatizó que un juez de la niñez además de vocación debe tener pasión por lo que hace, mantener un corazón abierto y cercanía con las personas. Relató que durante el año pasado, en el primer año de la pandemia, su juzgado dispuso una guarda a dos familias acogedoras que la DICUIDA les otorgó y que no hubo necesidad de recurrir al abrigo.

Afirmó que en la ciudad los dos juzgados de Niñez dan respuestas a todas las situaciones que fueron presentando.

Atención de los niños en los juzgados de la Niñez en San Lorenzo. La jueza narró que el niño desde que es recibido en el juzgado se le da contención. Refirió que el mismo se le hace sentar en el sofá.

Cuando describe el espacio de juegos dentro del juzgado de la niñez se emociona la magistrada.  Expresó que ahí los niños se entretienen.

Detalló que cuando está nervioso le dan agua y siempre preguntan si pueden darle chupetín por recomendación de un pediatra consultado, o preguntan a los padres si puede consumir. Señaló que el niño en todos casos es escuchado y por sobre todo a los niños que están con medidas de abrigo.

Aclaró que también el lenguaje no verbal de los niños dice mucho y puede formar parte de las pruebas para decidir sobre su situación.

Pormenizó que el juzgado solicita la presencia del niño para ser escuchado, que no siempre el ser escuchado es solamente que hable, sino que un silencio, una mirada baja y que no todas las veces las palabras dicen todo para que se den cuenta de que el niño necesita una contención y una protección.

Especificó que cuando se toman medidas de urgencia no se escucha al niño, pero después sí lo hacen. Concluyó que en todos los casos, el niño debe ser oído, que su opinión es importante para valorar con otras muchas pruebas, por ejemplo, con un estudio psicológico.

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