Los papás tienen una manera de amar tan especial a sus hijos

 

 

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A veces no entendemos ni comprendemos la forma de amarnos que tienen nuestros padres. El mío, por ejemplo, cuando me enfermo es el que más se preocupa por mí. Trae los medicamentos y me los da. Me reta porque no me cuido bien realmente, a veces tomo bebidas frías y por eso me duele la garganta, también helado confieso.

Cuando me tardo mucho en venir(o ir) es el primero quien me llama para saber dónde estoy. Con voz enojada y de preocupación me reclama por qué ya no llego. A veces me tardo por el bus o porque me voy a comprar en el supermercado.

Hoy es el día del padre, les parecerá atípico de mí   hablar de mi papá, o escribir mejor dicho. Mi papá es muy argel y preocupón, pero cuando estoy enferma es la primera persona que se acerca dónde estoy. Podremos tener diferencias o conflictos siempre porque pensamos y vemos de manera diferente el mundo. O porque en el fondo tenemos algo similar somos muy impulsivos ambos cuando actuamos de tal u otra manera. Y luego nos arrepentimos de lo que hacemos por supuesto.  Tal vez sea una característica igual a mi papá.

Él nació en Quiindy. Vino con sus padres a la ciudad. Se instalaron en Lambaré donde tenían su casa. Mi papá desde chico trabajaba vendiendo cosas porque mi abuelo quedó inválido. Por ese motivo, mis tíos, incluido mi papá que se llama José, trabajaron desde pequeños, al menos así recuerdo como me contaron.

Mi papá es un buen vendedor, sabe persuadir al cliente para que le compren. Él trabajó en el mercado de San Lorenzo un tiempo vendiendo verduras. Luego vendió su casilla. Mi abuelo le dejó el almacén y desde entonces está siempre en una despensa llamada Lo mita.

Creo que le apasionan las ventas por eso está siempre ahí. Bueno, creo que mi papá no es la excepción de todos los padres del mundo tienen su lado bueno y malo, aunque yo creo que todos somos las dos opciones como seres humanos.

Este artículo de opinión más que para dar un punto de vista es para decir que los padres siempre se preocupan sean malos o buenos por los hijos, o actúen de manera contradictoria y no les entendamos. También hay que mirar más sus actos que sus palabras de regaño o cuando las dice con enfado. Se equivocan como todo ser humano. Tampoco les enseñaron para ser padres. Recuerdo a Lito con cariño, mi papá le hacía hablar a su mano jaja. Es un recuerdo imborrable de mi papá.