Arsenio Erico, el amor y la pelota



El docente Fabián Chamorro en una de sus publicaciones en el Facebook contó la historia de amor entre Arsenio Erico y Aurelia Blanco. Detalló cómo se dió el romance entre ambos.

Arsenio y Aurelia. El deportista Arsenio Erico Martínez en 1932 llegaba a Buenos Aires con un combinado de la Cruz Roja para juntar fondos para la Guerra del Chaco, e iniciaba su leyenda.

A pesar de la fama y relativa fortuna, no se le conoció ninguna novia hasta mediados de los años 40, y como era de esperarse, después de un encuentro futbolístico, conocería a quien sería el amor de su vida:Aurelia Blanco. Ella, argentina de padres gallegos, hincha fanática de Independiente. En una época donde el cortejo era parte de la vida, Erico trajinaba sus días entre las prácticas y las visitas a Aurelia. Se casarían en febrero de 1960, con más de 15 años de noviazgo.

Luego de terminar la carrera futbolística del Saltarín Rojo, deciden residir de manera definitiva en Buenos Aires, alternando varios viajes al año a Asunción. El 1977, debido a unas complicaciones en la rodilla es ingresado de urgencias a un hospital. Es parte de la historia:

"Cuando me entierren, no se olviden de mi pelota". Erico  mira el techo, tiene 62 años, le amputaron la pierna... Le duele pero no putea...nunca puteo, ni siquiera dentro de la cancha, dónde lo recuerdan siempre como un caballero.

Aurelia lo cuida, le acerca los analgésicos y una nota que en ese momento le hacen llegar desde la recepción del hospital: Yo solo he sido un pequeño imitador tuyo con la firma de un tal Alfredo Distéfano.

 

Erico cierra los ojos, trata de dormir pero no puede, delira mientras Aurelia le toma la mano: "Erico Vyroreíco Ico Ico" suena en su mente cantada por la hinchada de su Nacional Querido… Asunción qué lejos está Asunción, su casa de la calle Cuarta e Iturbe, aquella canchita del Salesianito donde jugó sus primeros partidos …qué lejos está Asunción…

 

El médico le consulta ¿cómo está Don Arsenio?, él abre los ojos y le responde con una sonrisa, el médico que lo reconoce le pregunta: qué cuándo jugará por la selección Argentina. Yo me muero paraguayo doctor, le dice amablemente. Don Arsenio vuelve a cerrar los ojos… en sueños murmura: ¿está lejos Asunción? Aurelia lo escucha sentada a su costado, le da un beso en la frente y le manifiesta: dormite ya Arsenio, dormite, ya es de noche…

 

Faltan unos minutos para las 23 horas de ese sábado 23 de Julio de 1977,  Arsenio ya no despertaría. Al otro día jugaba su Independiente: "Se siente, se siente Érico está presente". Aurelia llora desconsoladamente mientras una multitud la acompaña desde Avellaneda hasta el Cementerio de Morón.

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